Tempo Cognitivo Lento (TCL)

Tempo Cognitivo Lento

El Tempo Cognitivo Lento es otro de los denominados trastornos del neurodesarrollo, por lo que tendrá un origen en la infancia y repercutirá en el desarrollo posterior.

Se trata de un constructo emergente, que al inicio se asoció al TDAH, pero que cada vez va adquiriendo mayor entidad propia por la sintomatología que presenta. Es por eso que todavía no aparece en algunos de los manuales diagnósticos de referencia como el DSM-5.

Algunas de las descripciones de los síntomas más frecuentes del Tempo Cognitivo Lento son: «con tendencia a soñar despiertos», «lentos», «olvidadizos», «apáticos», «perdidos en sus pensamientos», «desmotivados» o «en las nubes».

Su rendimiento intelectual suele estar preservado, pero tienen déficits en la atención, sobre todo con el estado de alerta, para focalizarla y para seleccionar la información relevante (atención selectiva). Su velocidad de procesamiento de la información es muy baja, su memoria de trabajo es lenta (les cuesta manipular la información y dar una respuesta rápida) y tienen dificultades inhibitorias (que son muy rápidas). Les cuesta iniciar y mantener las tareas. Les cuesta realizar una planificación y organizar una secuencia de acción.

También van a presentar dificultades para comprender las señales y los códigos sociales.

Todo esto, lógicamente, va a afectar al rendimiento académico.